El empate 1-1 de Gimnasia y Esgrima de Jujuy frente a San Miguel dejó una mezcla de sensaciones, pero para muchos hinchas, este punto tiene un valor que va más allá de lo que muestra la tabla. A primera vista, el empate podría parecer un resultado muy bueno, especialmente jugando como visitante. Porque en el contexto actual de la Primera Nacional, cada punto cuenta y este en particular mantiene viva la ilusión de clasificar al Reducido, el ansiado torneo que abre las puertas hacia el sueño del ascenso.
EL CARACTER DEL LOBO
Una vez más, Francisco Maidana apareció en el momento crucial, demostrando que Gimnasia tiene en él a su hombre de confianza. El volante jujeño se ha convertido en el salvador recurrente del equipo, y su gol en los minutos finales no solo selló el empate, sino que reafirmó la capacidad del equipo de no bajar los brazos cuando la adversidad aprieta.
Lo que más ilusiona a los hinchas no es tanto el empate en sí, sino la actitud del equipo. En un torneo tan exigente como la Primera Nacional, donde cada fecha se juega como una final, la resiliencia es una virtud invaluable. Y Gimnasia, pese a las dificultades, ha mostrado carácter. Saber pelear hasta el último minuto no es una cualidad menor, y en una competencia tan reñida, esta garra puede ser el factor que incline la balanza a su favor en momentos decisivos.