Estos fósiles, ubicados en el árido desierto rojizo de los parques geológicos son, en realidad, restos vegetales convertidos en piedra por el sílice que reemplazó el material orgánico e impidió su descomposición.
Los restos fosilizados de árboles extinguidos hace unos 250 millones de años afloran entre piedras y plantas rastreras y espinosas en la cima de uno de los farallones del Parque Provincial El Chiflón, en el sudeste de La Rioja, entre imponentes y coloridas geoformas un centenar de metros más abajo.
La excursión tiene otros interesantes condimentos, como restos arqueológicos, avistaje de cóndores y diversas vistas panorámicas de una de las zonas más deshabitadas y coloridas de la provincia.
El circuito Bosque Petrificado es uno de los más recientes de esta reserva natural ubicada en la zona de los parques de piedra del complejo Ischigualasto-Talampaya, cuyos principales exponentes son el Valle de la Luna, en San Juan, y el también riojano Parque Nacional Talampaya.
Aunque algún desprevenido puede esperar encontrarse con un grupo de árboles erguidos convertidos en piedras, los bosques petrificados son restos vegetales convertidos en piedra por un largo proceso de penetración de sílice que impidió su descomposición.