El Carnaval jujeño en una muestra artística

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El Carnaval jujeño en una muestra artística

La muestra tiene como objetivo promover, difundir y expresar nuestra identidad a través del Carnaval como una de las grandes manifestaciones de la cultura jujeña, a través de las diferentes regiones que componen  nuestra provincia con sus diferentes lenguajes artísticos que dan voz a una amplia trama de historia, vivencias y experiencias como sociedad.

Se destaca la participación de diferentes agrupaciones, comparsas, artistas plásticos y músicos conforman la pluralidad de esta festividad, cada uno desde su visión, con sus trabajos artesanales, sus lenguajes musicales y visuales, y que son los encargados de dar vida a uno de los momentos de encuentro popular más importantes.

El poder brindar al público la alegría, contagiar picardía y a su vez respetar años de tradición, son metas que constantemente los artistas renuevan en nuevos desafíos.

En esta ocasión nos abren las puertas de su lado más artesanal, nos permiten indagar en su historia, el relato, la vivencia cultural, ancestral y de familia a partir del color, la textura, los ritmos y composiciones, compartiendo desde otra mirada el trabajo que eligieron y que con tanto orgullo realizan.

Diferentes caminos, formas de vida, sentimientos e ideologías son plasmadas en estas obras para deleite del espectador. Trajes, vestidos, máscaras, banderas y registros, visten este carnaval otorgándole personalidad y movimiento, generando esta gran pasión que envuelve a todos los jujeños.

Los hitos más importantes dentro de las ceremonias de carnaval son el desentierro y el entierro del diablo de carnaval o Pujllay. Este está representando por un muñeco que simboliza la liberación de los deseos reprimidos. Durante el carnaval todos pueden ser “Pujllay”, que significa juego, baile o alegría.

Se congregan en los alrededores de los pueblos para llevar a cabo la ceremonia de desentierro del carnaval y finalmente, una semana después, el Carnaval chico, donde se entierra al Pujllay.Las comparsas y los participantes se reúnen alrededor de los mojones de piedra y se procede a desenterrar al diablo carnavalero que simboliza al rojo sol, que según la creencia es quien fecunda a la Pachamama (Madre tierra), dando origen a las semillas, raíces, troncos, follajes y frutos de la región.

Los diablos aparecen antes del comienzo de la ceremonia, una vez finalizada la ceremonia, todos bajan cantando canciones.

En el Domingo de tentación finalizan los festejos con la ceremonia de enterrar al diablo, que regresará a su escondite con hojas de coca, alcohol y cigarrillos para permanecer enterrado durante un año.

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