TAMBIÉN LA REANUDACIÓN DE VUELOS COMERCIALES
Kabul - Los talibanes se han comprometido a permitir que ciudadanos estadounidenses y afganos en riesgo salgan de Afganistán después del 31 de agosto, anunció ayer el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
En rueda de prensa, el jefe de la diplomacia del gobierno demócrata de Joe Biden sostuvo que "los talibanes han asumido compromisos públicos y privados para proporcionar y permitir un paso seguro para los estadounidenses, para los ciudadanos de terceros países y para los afganos en riesgo a partir del 31 de agosto".
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Blinken declaró a los periodistas que al menos 4.500 ciudadanos estadounidenses de los 6.000 estadounidenses que querían salir de Afganistán ya habían sido evacuados. Así, quedarían entonces alrededor de 1.500 estadounidenses por ser evacuados de Afganistán según las estimaciones, señaló el jefe de la diplomacia estadounidense en una conferencia de prensa en Washington. Con 500 de ellos existe un "contacto directo" estrecho. "Nos estamos contactando agresivamente con ellos varias veces al día a través de múltiples canales de comunicación (...) para determinar si todavía quieren irse", dijo Blinken a los periodistas.
El martes, el presidente Joe Biden había dicho que el puente aéreo de evacuación liderado por Estados Unidos desde un abarrotado aeropuerto de Kabul en Afganistán tiene que terminar pronto debido a la creciente amenaza del brazo afgano del grupo Estado Islámico. Poco antes, Biden había dicho a los líderes del G7 que Estados Unidos estaba "en vías" de completar su retirada militar de Afganistán para el 31 de agosto, una condición inflexible que exigían los talibanes en medio de las complicaciones desatadas en el principal aeropuerto, asegurado por unos 6.000 efectivos estadounidenses.
Hasta el momento, casi 60.000 personas, entre extranjeros y afganos, han sido evacuadas del país desde el aeropuerto de Kabul desde el 14 de agosto, la mayoría de ellas en vuelos militares estadounidenses, según cifras de Washington. Pero una multitud sigue congregada fuera de las instalaciones esperando la oportunidad de salir.
Mientras, se conoció que los talibanes anunciaron la reanudación de los vuelos comerciales a partir del 31 de agosto. Así se lo ha transmitido el jefe adjunto de su oficina política en Qatar, Sher M. Abbas Stanikzai, al embajador alemán en ese país del Golfo, Markus Potzel, según un portavoz talibán. Los islamistas afganos han pedido ayuda a Turquía para gestionar el aeródromo. Aún se desconoce su respuesta.
Suhail Shahin, miembro de la delegación talibán en Doha (Qatar) y portavoz para medios internacionales, informaba este miércoles en su cuenta de Twitter que Stanikzai y Potzel trataron de "asuntos políticos y de la situación en el aeropuerto de Kabul". El representante talibán ha reiterado que las tropas extranjeras deben abandonar el aeródromo en el plazo previsto. "Abrirá el camino para la reanudación de los vuelos civiles", asegura.
El embajador alemán también confirmó la reunión con Stanikzai. "Me aseguró que los afganos que posean documentos válidos seguirán teniendo la posibilidad de viajar en vuelos comerciales después del 31 de agosto", tuiteó. El martes, los talibanes, que llevaban días pidiendo a los afganos que no fueran al aeropuerto, anunciaron que iban a impedir su acceso.
La medida suscitó preocupación al no quedar claro si afectaba solo a aquellos sin la documentación adecuada, o también a quienes disponen de salvoconductos para viajar a EE UU y otros países de acogida. Además, los afganos están denunciando las crecientes dificultades e incluso el maltrato que encuentran en los controles que la milicia ha instalado en las vías de acceso al aeródromo.
Los talibanes han expresado su malestar por la fuga de cerebros que se está produciendo y han pedido a Washington que no la fomente. Pero muchos afganos tienen miedo de ser objeto de represalias por haber trabajado con embajadas o ejércitos occidentales y desconfían de la amnistía anunciada por los islamistas. Los vuelos civiles se interrumpieron el domingo 15 para poder sacar del país a ciudadanos, norteamericanos, aliados y colaboradores, ante la entrada de los talibanes en Kabul.