Las principales autoridades de Defensa de Estados Unidos reconocieron ayer que "el hecho de que el ejército afgano se haya desvanecido" las tomó "por sorpresa" y expresaron su preocupación por un posible vínculo entre los talibanes y el grupo yihadista Al Qaeda.
"Ayudamos a construir un Estado, pero no pudimos forjar una nación", declaró el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, en una audiencia ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado sobre la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán y la evacuación de civiles.
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"El hecho de que el ejército afgano, que nosotros y nuestros socios entrenamos, simplemente se haya desvanecido, en muchos casos sin un solo disparo, nos tomó a todos por sorpresa", remarcó, según la agencia de noticias AFP.
Estados Unidos proporcionó al ejército afgano "equipo y aviones y el entrenamiento para usarlos", pero "no comprendió completamente la profundidad de la corrupción y el pobre liderazgo en sus altos rangos", reconoció Austin.
Si bien admitió que no pudieron "darles la voluntad de ganar" a todos y que "murieron decenas de miles de soldados y policías afganos".
En la audiencia también estuvo presente el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, quien señaló que Estados Unidos no tuvo una "evaluación completa de la moral y la voluntad del liderazgo".
"Podemos contar todos los aviones, camiones, vehículos y armas y todo lo demás", dijo Milley, y añadió: "Pero no se puede medir el corazón humano con una máquina".
Asimismo, el alto general estadounidense resaltó que los talibanes "eran y siguen siendo una organización terrorista y que aún no han roto los lazos con Al-Qaeda".
Para Miley "queda por ver si los talibanes pueden o no consolidar el poder o si el país se fracturará en una nueva guerra civil".