9 DE FEBRERO DE 2022
"Hoy que todavía se sufren las consecuencias de la última cosecha que financieramente dejó a la Institución tabacalera en una situación delicada, debe apelarse a las reservas humanas que tiene el sector. En armonía sabrán poner los problemas sobre la mesa y con tranquilidad, buscarán las mejores soluciones. Tengo la certeza de que "si nos quitamos las anteojeras", tendremos un panorama más amplio y claro que nos posibilitará superar los aprietos que hoy padecemos. Si ello ocurre, sostenemos la esperanza de celebrar no los treinta, sino los cincuenta de una Cooperativa próspera y pujante." (José Augusto Rodríguez, 2001, Op. Cit.)
Hoy habiendo llegado a los cincuenta años y habiendo superado exitosamente muchos obstáculos, la Cooperativa de Tabacaleros de Jujuy ha logrado consolidarse como pilar económico de la Provincia, y ha elevado la calidad de sus tabacos a niveles de excelencia mundial, convirtiéndose en una referencia global.
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El accionar de los primeros visionarios de los años sesenta se ha visto reflejado en un crecimiento ininterrumpido de calidad y cantidad de tabaco producido, los que han sido acompañados de un incesante compromiso de los productores tabacaleros. Junto a su esfuerzo y su convencimiento de contar con la capacidad de lograr un tabaco de excelencia, las mejoras en infraestructura, equipamiento, tecnología, gestión de la Cooperativa se vieron reflejadas en estos 53 años de trayectoria y liderazgo.
RESEÑA HISTORICA
Jujuy se inició en la producción de tabacos en la década de 1940, con una escasa producción. Hacia 1941/42 se producían 52.000 kilos de tabaco Virginia (resultantes de una superficie de 100 hectáreas)
La situación que vivían los primeros productores tabacaleros se enfrentaban al monopolio de la compra del tabaco, concentrado en manos extranjeras, que imponía un ritmo de compra y precios que perjudicaban al productor. Son conocidos los relatos en relación a las largas colas y esperas a la intemperie, en la vecina ciudad de Salta, para la entrega de tabaco, la que estaba regida por una total incertidumbre, ya que si las estimaciones de cosecha eran buenas y prometían un excedente, "la mano era dura" en la compra; si las condiciones eran inversas, mejoraban los ingresos para el productor. Esta inequidad se vio amenazada con la creación de las instituciones tabacaleras.
La Cámara del Tabaco de Jujuy quedó constituida en 1967. Uno de sus principales objetivos fue la consolidación de galpones técnicos, cuya localización y definición llevó a un proceso de discusión y debate, hasta que, finalmente, se decide que se construyan en la Ciudad de Perico. El motivo: contaba con una buena infraestructura de servicios, basada en el ferrocarril, en su ubicación geográfica, puesto que la ciudad estaba ubicada en el área central del cultivo, y, principalmente, por contar con el servicio telefónico requisito indispensable para la evolución comercial, desarrollado por otra Cooperativa, fundada con unos pocos años de antelación a la de tabaco: la Cooperativa Telefónica de Perico.
Después de realizar los correspondientes estudios de factibilidad, los que implicaban la proyección de futuro para un proyecto de tal envergadura, se dispuso la adquisición de dos hectáreas de la Finca El Pongo de propiedad del Dr. Plinio Zabala, quien de las dos hectáreas adquiridas cobró una sola, la otra la entregó en donación.
La Cooperativa de Tabacaleros de Jujuy Ltda. Inició sus actividades en la cosecha 1969/1970, con un acopio que apenas llegaba al 10% de la producción de Jujuy y con instalaciones que sólo cubrían 10.500m2.
La creación de la Cooperativa de Tabacaleros de Jujuy permitiría regularizar el acopio, poder afrontar los excedentes, y principalmente unir a los productores para poder posicionarse más convenientemente en el mercado monopólico internacional de esos tiempos.
"En efecto, la presencia de la Cooperativa en el acopio de Tabaco Virginia constituye un hecho singular en dicha producción que irrumpe en un fuerte monopolio como era la compra de tabacos por entonces. Rompía la inequidad existente en la comercialización, en la que miles de oferentes estaban en manos de un solo comprador. En esa época operaban una decena de acopiadores que antes de iniciar su tarea, acordaban los precios a pagar al productor." (José Augusto Rodríguez, 2001, Op. Cit.)