POR LA INVASIÓN MILITAR A UCRANIA
La Asamblea General de la ONU suspendió ayer a Rusia del Consejo de Derechos Humanos por la invasión militar a Ucrania, una iniciativa impulsada por Estados Unidos y sus aliados tras denunciar una matanza de civiles en la localidad de Bucha, cercana a Kiev.
El cuerpo aprobó la medida con 93 votos a favor, incluido el de la Argentina, 24 en contra y 58 abstenciones.
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La resolución expresa la "profunda preocupación" de la Asamblea General "por la actual crisis humanitaria y de derechos humanos en Ucrania, en particular ante las informaciones de violaciones y abusos de los derechos humanos", a veces "sistemáticas", y "violaciones del derecho internacional humanitario por parte de la Federación de Rusia".
"Los criminales de guerra no tienen cabida en los órganos de la ONU destinados a proteger los derechos humanos. Agradecido a los Estados miembros que apoyaron la resolución y eligieron estar del lado correcto de la historia", celebró el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, en su cuenta de Twitter.
El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores consideró "ilegal" la suspensión y motivada políticamente, "con el objetivo de castigar de manera ostentosa a un Estado miembro soberano de la ONU que tiene una política interior y exterior independiente", según un comunicado publicado ayer. A su vez, decidió una "rescisión anticipada" de este Consejo, consignó la agencia AFP.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, lamentó la decisión de la ONU y advirtió que Moscú "seguirá defendiendo sus intereses por todos los medios legales".
Pekov, que el miércoles había dicho que la exclusión de Rusia sería inconcebible porque el trabajo de ese organismo no sería efectivo sin la presencia rusa, volvió a rechazar las acusaciones de haber perpetrado una masacre en la ciudad ucraniana de Bucha.
"Insistimos en que toda la situación de Bucha es una insinuación bien montada, nada más. Los cadáveres allí encontrados no fueron víctimas de militares rusos", aseguró sobre las decenas de personas con ropas civiles que fueron halladas muertas en esa localidad tras la retirada del ejército ruso.
En los 16 años que existe el Consejo de Derecho Humanos, con sede en Ginebra y que preside la Argentina, tenía hasta ahora un solo antecedente de una suspensión: Libia, como respuesta a la represión de las protestas de 2011 que realizó el entonces líder del país, Muammar Kaddafi
En el caso ruso, Estados Unidos y sus aliados argumentaron que Moscú no puede seguir participando en ese Consejo cuando está "subvirtiendo todos los principios básicos" de la ONU con su invasión de Ucrania y cometiendo supuestas atrocidades contra la población civil.
Para suspender a Rusia se requería una mayoría de dos tercios en la Asamblea General, una cifra que se alcanzó, aunque el texto obtuvo menos apoyo que las anteriores resoluciones críticas con el Kremlin votadas desde el inicio de la guerra.
Las abstenciones no se tomaron en cuenta porque para una suspensión basta con el voto favorable de dos tercios de los países que se pronuncian a favor o en contra.
Entre los países que votaron en contra figura China, que lo considera una "iniciativa precipitada" que "añade leña al fuego" y un "precedente peligroso". También se opusieron Irán, Kazajistán, Bolivia y Cuba. Venezuela llamó a votar en contra pero perdió su derecho a voto debido a la acumulación de pagos pendientes.
Entre los países latinoamericanos, además de Argentina, apoyaron la medida Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, mientras que Brasil, El Salvador y México se abstuvieron.
El embajador brasileño ante la ONU, Ronaldo Costa Filho, dijo que "Brasil ha decidido abstenerse en la votación porque cree que se debe permitir que la comisión de investigación complete su investigación independiente para que se puedan determinar las responsabilidades".