MILITARES LA TIENEN DETENIDA EN UN SITIO NO REVELADO
Naypyidaw - Un tribunal de Birmania condenó a la derrocada líder civil Aung San Suu Kyi a cinco años de cárcel por corrupción, en medio de numerosas acusaciones en su contra que podrían mantenerla encarcelada por décadas.
La Premio Nobel de la Paz de 76 años ya fue condenada a seis años de prisión por incitación contra los militares, violar las reglas contra el Covid-19 y contrariar una ley de telecomunicaciones, aunque permanecerá bajo arresto domiciliar mientras enfrenta otros cargos.
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En el caso decidido ayer, Aung San Suu Kyi estaba acusada de aceptar un soborno de 600.000 dólares en efectivo y lingotes de oro. Después de dos días de retrasos, un tribunal especial en la capital construida por la dictadura militar, Naipyidó, divulgó su veredicto y la sentencia. "En relación con aceptar oro y dólares de U Phyo Min Thein, la corte la sentencia a cinco años de prisión", dijo el portavoz de la junta, Zaw Min Tun. "Ella permanecerá bajo arresto domiciliar. No sé si ella pidió apelar, ellos están trabajando de manera legal. Hasta donde sé ella está con buena salud", agregó.
Los periodistas no han podido acceder a los juicios contra la líder civil birmana, sus abogados no tienen permitido hablar con los medios y todavía está por dirimirse una amplia serie de acusaciones de violación de ley de secretos, corrupción y fraude electoral, entre otros, que pueden acarrear una condena global a más de cien años de cárcel. Bajo una junta militar previa, Suu Kyi pasó largos períodos bajo arresto domiciliar en Rangún, la mayor ciudad birmana. Actualmente permanece detenida en un sitio no revelado de la capital, y su contacto con el exterior se limita a sus breves encuentros con sus abogados antes de los juicios.
Suu Kyi ha sido el rostro de las esperanzas democráticas de Birmania durante más de 30 años, pero su sentencia previa de seis años le impediría participar en las elecciones que la junta dice que celebrará el próximo año. El golpe de Estado de la junta militar que gobierna Birmania generó protestas y revuelo en todo el país, que los militares reprimieron por la fuerza. Desde el golpe, más de 1.700 personas han muerto y más de 13.000 fueron detenidas en la represión contra los disidentes, según un grupo local de monitoreo.
Muchos otros aliados políticos de Suu Kyi también han sido detenidos desde el golpe, incluyendo un jefe de ministros sentenciado a 75 años de prisión, mientras otros permanecen ocultos. A lo largo del país se han formado varias "Fuerzas de Defensa Popular" (FDP), milicias civiles que buscan combatir a la junta.