Por cada $1.000 las agencias de cambios de Villazón y Pocitos "nos dan 25 pesos bolivianos".
La inestabilidad de la moneda argentina y las dificultades para conseguir dólares estadounidenses hacen que los billetes de Bolivia sean un recurso para protegerse frente a las crisis locales a los argentinos que viven en la frontera de Jujuy y Salta.
El peso boliviano mantiene su relación con el dólar, en torno a 6,60 y 6,90, durante al menos los últimos cinco años según datos del mercado. En el mismo período, mientras tanto, el peso argentino se devaluó desde los $17,25 por dólar hasta los $255 actuales, siguiendo al tipo de cambio libre que se opera en el mercado informal.
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La estabilidad de la moneda de Bolivia tiene como uno de sus fundamentos una de las tasas de inflación más bajas de la región. La inflación en Bolivia trepó al 1,47% en mayo pasado. Esto es un 1,47% interanual, o sea, el movimiento del nivel general de precios en los últimos doce meses. En cambio, la inflación del lado argentino de la frontera se mueve con datos a mayo a un ritmo del 60,7%, mientras que en junio de 2021 avanzaba a un 50,2% interanual.
"El peso boliviano tiene una inflación del 1,17% anual y gran accesibilidad al billete físico, distinto al dólar", explicó el interventor de Salvador Mazza, Adrián Zigarán, en declaraciones a Cadena 3. Según Zigarán, aunque en un principio los comerciantes bolivianos se mostraron reticentes a recibir los pesos argentinos, "ahora lo aceptan a pesar de la evidente depreciación: cerca del 30%". "Cada 1.000 pesos argentinos nos dan 25 pesos bolivianos", detalló.
En otra nota de la misma señal radial, el periodista Rubén Ángelo de La Quiaca contó también que la diferencia de poder de compra de ambas monedas hacen que los viajes de compras de residentes bolivianos a la Argentina sean constantes. "Agarran mil pesos argentinos, que hasta la semana pasada valían 33 bolivianos, y esta semana te dan apenas 23 o 24. Aun así la gente sigue comprando