ENFOQUE Por Gustavo Lores (*)
Las Naciones Unidas, a través de la Asamblea General realizada el 18 de diciembre de 2015, decidió designar cada 15 de julio como Día Mundial de las Habilidades de la Juventud. En su Resolución 69/45 hace explícita la preocupación por el elevado número de jóvenes desempleados a nivel mundial. La ONU sostiene que los Estados miembros tienen la función de satisfacer las necesidades y aspiraciones de los jóvenes, en particular en los países en desarrollo y reconoce que el fomento de la adquisición de habilidades por los jóvenes mejoraría su capacidad de tomar decisiones con conocimiento de causa en relación con la vida y el trabajo y los empoderaría de manera que puedan acceder a ser incluidos en un Mundo que evoluciona.
El lema para la celebración de este año es "Transformando las habilidades de los jóvenes para el futuro" en un escenario de recuperación socioeconómica post pandemia, condicionado entre otros elementos por el cambio climático, los conflictos armados, la pobreza, la desigualdad y el cambio tecnológico.
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Las jóvenes y las niñas, los jóvenes con discapacidad, los jóvenes de hogares pobres, de las comunidades rurales y de grupos minoritarios continúan excluidos.
La crisis sanitaria global aceleró las transiciones que estaba atravesando el mundo del trabajo aumentando los niveles de incertidumbre sobre las habilidades y capacidades que serán demandadas en lo inmediato.
En 1989 las Naciones Unidas adoptaron la Convención sobre Educación Técnica y Profesional. Se creó la Red de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para el desarrollo de la educación vocacional, técnica y profesional (UNEVOC). En la Argentina, el organismo asociado es el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), dependiente del Ministerio de Educación de la Nación y encargado de definir e implementar políticas nacionales y federales orientadas a fortalecer la educación tecnológica, técnica y la formación profesional, articuladas con los distintos niveles y ciclos del Sistema Educativo Nacional.
Por su parte, la organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó recientemente el informe "Tendencias mundiales del empleo juvenil 2020. La tecnología y el futuro de los empleos" en cuya introducción señala "la continua disminución de la participación de los jóvenes en el mercado de trabajo y el consecuente incremento de jóvenes que no están empleados y no cursan estudios. En todo el Mundo, una quinta parte de los jóvenes no están insertos en el mercado de trabajo ni mejorando su educación o sus competencias. Es fundamental un marco de política integrada para ayudar a los jóvenes a lograr empleos decentes en este contexto."
De acuerdo con el último informe de la agencia internacional "Trabajos Decentes para los Jóvenes", más de las tres cuartas partes de los trabajadores jóvenes de 15 a 29 años tiene empleos clandestinos caracterizados por salarios bajos, horarios erráticos, situación laboral incierta y condiciones de trabajo peligrosas.
Resulta notable, por otra parte, que de las personas que tienen empleo legal, más de la mitad están desconformes. En el campo del empleo registrado,la encuesta realizada por el portal de empleos Bumeran y publicada por el Diario Perfil el pasado 4 de julio indica que, en el caso de la Argentina, el 71% de los trabajadores formales renunciaría a su empleo si encontrase otro al menos no peor. Los principales motivos por los que las personas consultadas quieren dejar su trabajo son: no tener posibilidad de perfeccionamiento, bajo salario, mal ambiente laboral y jefes que no saben liderar.
Por su parte las industrias y los comercios necesitan generar espacios de capacitación específicos para adecuar las competencias de los jóvenes formados en el sistema de enseñanza oficial a las necesidades de cada uno de los puestos de trabajo. La clave para obtener resultados positivos reside en la planificación a largo plazo de políticas de estado, aún en escenarios inciertos, tal como lo expresa la OIT, "se requiere generar un número suficiente de empleos decentes y dotar a los jóvenes de las competencias necesarias para estos empleos. Si no se toman medidas aumentará el número de jóvenes desanimados en muchos países, lo que socavará en último término el desarrollo socioeconómico de estas naciones."
El desarrollo del nivel de competencias y habilidades de los jóvenes es primordial para asegurar el bienestar de la sociedad. El análisis de los resultados de la descentralización de la enseñanza primaria entre 1968 y 1980, de la disolución del Consejo Nacional de Educación Técnica y la provincialización del Nivel Secundario en 1994, de la atomización de la política universitaria a partir de 2016 y de la confluencia de actores que habilitan escuelas de oficios, programas sociales de empleo y de formación profesional podría ser parte del diagnóstico imprescindible para establecer si el 6% del producto bruto nacional que se invierte en educación en la Argentina es utilizado específicamente para desarrollar habilidades significativas y pertinentes en la juventud. La decisión de reflexionar al respecto por parte de las autoridades de la Educación y del Trabajo podría ser una forma de celebrar esta fecha.
(*) ExDecano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy