Un centenar de personas siguen desaparecidas
Kabul - Al menos 38 personas murieron y otras 90 resultaron heridas en las últimas 24 horas en Afganistán por las fuertes lluvias en varias provincias, que también han causado fuertes daños materiales.
"En las recientes inundaciones en más de siete provincias de Afganistán al menos 39 personas han muerto, 90 han sido heridas y todavía hay desaparecidos", dijo el portavoz del Ministerio de Gestión de Desastres, Mohammad Nasim Haqqani.
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Según la fuente, la provincia oriental de Parwan es la más afectada con 29 fallecidos, seguida de la oriental Nangarhar con ocho muertos, y Kapisa con uno, aunque no está confirmada que haya otras cuatro víctimas. En las últimas 24 horas han caído fuertes precipitaciones en esas provincias.
Un centenar de personas siguen desaparecidas en Parwan, añadió Hekmatullah Shamim, portavoz del gobernador de la provincia. Las crecidas arrastraron centenares de hogares. Decenas de afganos mueren cada año durante las lluvias torrenciales, en particular en las zonas rurales pobres donde las casas, construidas de forma precaria, se derrumban fácilmente.
Las lluvias dejaron también "daños materiales que incluyen (la destrucción de) cientos de casas residenciales y acres de tierra agrícola, así como carreteras destruidas", según Haqqani. Había una operación de búsqueda y rescate en marcha.
El departamento meteorológico local indicó que se esperaban más lluvias en los próximos días en la mayoría de las 34 provincias de Afganistán. Las fuertes lluvias y las inundaciones repentinas en todo el país mataron a 40 personas en julio y a 19 el mes anterior.
Afganistán es un país montañoso donde las inundaciones son frecuentes especialmente a causa de las fuertes precipitaciones entre junio y septiembre y causan cada año importantes daños personales y materiales.
En julio de 2021, las intensas lluvias en el este de Afganistán provocaron al menos la muerte de 200 campesinos y dejaron una comunidad arrasada en una zona que por entonces estaba bajo dominio de los talibanes, que semanas después se harían con el control de Kabul.
Años antes, en 2014, el país vivió uno de sus peores desastres naturales cuando un corrimiento de tierras, provocado por la lluvia, causó la muerte de más de 2.000 personas en el noreste de Afganistán, una zona remota castigada por desastres naturales y carente de las infraestructuras necesarias.
El aislamiento internacional de Afganistán tras la llegada al poder de los talibanes, hace hoy un año, y la congelación de los fondos internacionales para la reconstrucción del país han agravado la grave crisis humanitaria y económica a la que se enfrenta el país asiático.