Y ZELENSKY PROMETE UNA VICTORIA
Moscú - El dirigente ruso Vladimir Putin dijo ayer que no ve "la necesidad" de hablar con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ni siquiera durante la cumbre del G20 el próximo mes. "Deberíamos preguntarle a él si está dispuesto a hablar conmigo o no. Para ser honesto, no veo la necesidad", dijo Putin en una conferencia de prensa en Astaná (Kazajistán), donde participa de una cumbre regional.
De hecho, el político ruso no tiene siquiera decidido asistir a la cumbre. "El tema de mi viaje no se ha decidido. Sin duda Rusia participará. Aún estamos pensando en el formato", señaló. A inicios de semana, Biden dijo que no descartaba reunirse con el inquilino del Kremlin durante la cumbre del G20 prevista a mediados de noviembre en Bali, Indonesia.
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En su comparecencia ante los medios, Putin se refirió también a otros temas. Por ejemplo, dijo que no considera necesarios más ataques masivos contra la infraestructura ucraniana, después de haber destruido aproximadamente un tercio de la red eléctrica del país, mientras sus tropas retroceden en todos los frentes de combate ante la ofensiva de las fuerzas ucranianas.
"Ahora no hay necesidad de ataques masivos. Ahora tenemos otros objetivos, ya que de unos 29 objetivos planificados solo siete no fueron destruidos, según planes del Ministerio de Defensa", afirmó. "Pero los están completando, estos objetivos", añadió, al recalcar que de momento no es necesario efectuar una nueva oleada de bombardeos, "pero más adelante, veremos".
Asimismo, sostuvo que un choque directo entre Rusia y la OTAN supondría una "catástrofe global". "La participación de cualquier fuerza militar en un contacto directo, en un enfrentamiento directo con el Ejército ruso, es un paso muy peligroso que puede llevar a una catástrofe global", explicó el dirigente, cuyo Ejército está en serios aprietos en su invasión a Ucrania, por lo que se vio obligado a movilizar a 300.000 hombres, según cifras entregadas por el Kremlin. Al respecto, Putin aseguró que no prevé ampliar ese despliegue.
Ante las numerosas denuncias de que movilizados son enviados al frente sin ninguna preparación militar, anunció que impartirá órdenes al Consejo de Seguridad de Rusia para que realice una inspección de cómo reciben instrucción los ciudadanos movilizados. "Todos los ciudadanos llamados a filas deben recibir preparación", subrayó el político ruso.
DÍA DEL EJÉRCITO UCRANIANO
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, le prometió este viernes la victoria a su ejército contra Rusia durante el Día de los Defensores del país, que por primera vez se celebra bajo la invasión rusa, iniciada hace casi ocho meses. "El 14 de octubre agradecemos a todos los que lucharon por Ucrania en el pasado y todos los que luchan por ella ahora, los que ganaron en el pasado y los que sin duda ganarán ahora", declaró Zelenski en un video.
El líder ucraniano colocó un ramo de flores frente a un memorial en Kiev, la capital, que homenajea a los militares muertos en el frente desde 2014, cuando se inició una guerra contra los separatistas prorrusos apoyados por Moscú en la región rusoparlante del Donbass, en el este del país.
El enfrentamiento entre el gobierno central y las autoridades del este, de fuerte raíz rusa, fue uno de los disparadores de la invasión rusa, cuyo gobierno ha reclamado y denunciado que el Ejército ucraniano intentó durante ocho años aplastar las aspiraciones separatistas de la población, mayoritariamente rusoparlante, y a la cual se le privó de la enseñanza escolar del idioma ruso.
Según la ONU, a lo largo de esos ocho años hubo al menos 15.000 muertos producto de los enfrentamientos entre las tropas ucranianas y las milicias prorrusas. "Nuestro pueblo (...) lucha por su derecho a la vida" y por su "independencia" de Rusia, subrayó el mandatario. "El mundo está con nosotros más que nunca. Esto nos hace más fuertes que nunca en la historia", agregó, en referencia a la ayuda proporcionada por Occidente.