Bajo el lema, recrear el espíritu de sacrificio y entrega de nuestros antecesores de 1812.
Los jujeños tenemos motivos sobrados para seguir creyendo y sostener la fe y el optimismo y no se hace referencia exclusiva al estallido de emociones que dejó la obtención del título mundial en Qatar y el sentido de unidad que invadió a los argentinos, sino al valor de haber sabido sufrir, de ser modelo de resiliencia, de asumir el desafío de ponernos de pie, de haber enarbolado las banderas de la solidaridad, de haber elegido con coraje la Paz, de haber hecho gala de la decisión y vocación de superación.
Es así que volvimos a caminar con la frente en alto, porque hemos sabido llevar a las alturas el orgullo de ser jujeños y ahora nos aprestamos a desplegar alas y, en libertad, volar con destino a un futuro diferente, mejor, el que merecemos por historia y por valor propio.
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Para ello, hay un plan de vuelo, una hoja de ruta, con escalas nítidas y destino preciso. La historia dirá que Jujuy primero se pacificó, luego recuperó el respeto por la Ley, se tornó desarrollista y se atrevió a bucear en las aguas de la innovación. En este contexto, se materializó la transformación de la matriz productiva, con una sólida y fundada apuesta al litio, las energías renovables, el turismo, el cannabis medicinal, las zonas francas, el hidrógeno verde, los parques industriales y la economía del conocimiento. Ahora, la nueva fase, tiene como Norte la generación de trabajo genuino, herramienta principal para dar lucha a la pobreza.
Con inquebrantable decisión, Gerardo Morales asentó las bases políticas, institucionales, sociales y económicas para dar paso a la construcción de un Jujuy con empleo, desde un gobierno que sostuvo políticas de Estado que continuarán vigentes. Es que hoy Jujuy está mejor preparada para abordar con éxito el desafío de generar empleo genuino. Basta con recordar la capacidad para dejar a nuestras espaldas las crónicas tensiones sociales que imperaron en la provincia hasta 2015.
En horas hará su arribo 2023 que también depara otros desafíos para el conjunto de los jujeños.
Es decir, ratifi car un estilo de vida y un modelo de provincia pensado a largo plazo. Será el momento de privilegiar un futuro mejor sobre la postergación y la violencia que siempre quieren volver.
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