Por Gastón Remy (economista-concejal capitalino). La inflación de 2022 fue del 89,4% según informó la Dipec, mientras las paritarias para las y los trabajadores estatales acumuló un 80,7% en el año pasado a lo largo de siete cuotas. Una pérdida casi de 9 puntos.
En diciembre el gobierno provincial otorgó un pago de 20.000 pesos como parte de un bono de fin de año que se terminará de cobrar en abril. Pero para compensar la pérdida frente a la inflación hubiese sido necesario un bono de 40.000 pesos en un pago (considerando lo que perdió frente a la inflación el salario testigo de una maestra con 10 años de antigüedad y un cargo).
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Es el quinto año seguido que el salario estatal pierde frente a la inflación.
El resultado negativo para los estatales tiene su contracara para el Estado provincial que con ingresos (vía coparticipación) que le ganan a la inflación viene obteniendo un superávit (ingresos superan a los gastos). En septiembre el fisco de Jujuy llevaba acumulado 21.256 millones de pesos a su favor según informa el ministerio de Hacienda.
Considerando que a septiembre el pago de salarios implicó 68.952 millones de pesos, si esos fondos del superávit se hubiesen aplicado a subir los salarios estos hubieran tenido un incremento total del 90,7%, ganándole apenas a la inflación.
Está claro que el gobierno provincial no es un genio de las finanzas, sino que obtiene el superávit de no actualizar -según la inflación- el salario a 85.000 trabajadores estatales de toda la provincia, incluidos las y los municipales.