Impacto del uso de la tecnología en la educación

ENFOQUE Por Gustavo Lores (*)

Las naciones miembros de la ONU adoptaron en septiembre de 2015 un conjunto de metas globales para acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad de todos. Los aspectos centrales de esa agenda mundial están expresados en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a cumplir antes de 2030. 

El ODS 4 "Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas y todos" fija entre otras metas las siguientes: a) Garantizar que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados escolares pertinentes y eficaces; b) Asegurar el acceso en condiciones de igualdad para todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria; c) Aumentar sustancialmente la oferta de maestros y profesores calificados, entre otras cosas mediante la cooperación internacional para la formación de docentes en los países en desarrollo.

El Informe Global de Monitoreo de la Educación (el Informe GEM) es el documento anual independiente y con autoridad editorial basado en evidencia objetiva publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Evalúa el estado de cumplimiento de las metas del ODS 4 fijadas por las Naciones Unidas. El "GEM23" invita a reflexionar sobre el impacto del uso de la tecnología en la educación. Está disponible en https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000386165_spay aborda la cuestión desde una mirada crítica, despojada de la fantasía de que la tecnología por sí misma contribuye a mejorar la vida de todos los individuos sin dejar a nadie atrás.

El trabajo comienza con la siguiente reflexión: "El papel de la tecnología en la educación lleva mucho tiempo suscitando un intenso debate.¿Democratiza los conocimientos o supone una amenaza al permitirque sólo unos pocos tengan el control de la información? ¿Ofrece oportunidades ilimitadas o nos lleva hacia un futuro dependiente de la tecnología sin retorno? ¿Ofrece igualdad deoportunidades o agudiza la desigualdad?" 

Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) llevan un siglo aplicándose en el sector educativo, prácticamente desde la popularización de la radio en la década de 1920. Sin embargo, el uso de la tecnología digital durante los últimos 40 años es el que tiene un mayor potencial para transformar la educación. Ha surgido la industria de la tecnología educativa que ha centrado sus esfuerzos en desarrollar y distribuir contenido educativo, sistemas de gestión del aprendizaje, aplicaciones lingüísticas, realidad aumentada y virtual, tutoría personalizada y exámenes. Más recientemente, los avances en los métodos de inteligencia artificial han llevado a especular que la tecnología podría llegar a suplantar la interacción humana en la educación. El estudiantado, el cuerpo docente y las instituciones han adoptado herramientas de tecnología digital, en mayor o menor medida. Por otro lado, la disponibilidad de datos masivos y estadísticos ha crecido en la gestión de la educación, aunque no en todos los casos se los analiza para mejorarla.

El cambio resultante del uso de la tecnología digital es incremental, desigual y mayor en unos contextos que en otros. La aplicación de la tecnología digital varía en función del nivel socioeconómico de la comunidad, la disposición y preparación del docente, el nivel educativo y los ingresos del país. Salvo en los países más avanzados tecnológicamente, no se utilizan computadoras ni dispositivos en las aulas a gran escala.

 El uso de tecnología no es universal ni lo será a corto plazo. Además, las pruebas sobre su impacto son contradictorias: algunos tipos de tecnología parecen ser efectivos con vistas a mejorar algunas modalidades de aprendizaje. Los costos a corto y largo plazo del uso de la tecnología digital parecen subestimarse en gran medida. A las personas más desfavorecidas se les suele negar la oportunidad de beneficiarse de esta tecnología. En países con déficit fiscal la inversión en tecnología educativa sustituye a la inversión en aulas, docentes y libros de texto; esto los aleja del ODS 4. 

Algunos de los países más ricos del mundo, inclusive Argentina hasta hace no muchas décadas, aún no estando entre ellos, garantizaban una escolaridad secundaria universal y competencias mínimas en matemática y lengua antes de la llegada de la tecnología digital. Se puede aprender sin ella.

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos se establece que la educación tiene por objeto el "pleno desarrollo de la personalidad humana", el "fortalecimiento del respeto […] a las libertades fundamentales" y el fomento de "la comprensión, la tolerancia y la amistad". Esta noción debe adaptarse a los nuevos tiempos. Una definición ampliada del derecho a la educación podría incluir un apoyo efectivo de la tecnología para que el estudiantado alcance su potencial, con independencia del contexto o las circunstancias.

Los aspectos negativos y perjudiciales del uso de la tecnología digital en la educación y la sociedad incluyen, entre otros, el riesgo de distracción y la ausencia de contacto humano. La tecnología no reglamentada supone incluso una amenaza para la democracia y los derechos humanos, por ejemplo, mediante la invasión de la privacidad y la incitación al odio. 

En consecuencia, los sistemas educativos se deberían preparar para impartir enseñanza sobre y mediante la tecnología educativa, una herramienta que debe proteger el interés superior de estudiantes, docentes y administradores.

 Es necesario compartir más ampliamente pruebas imparciales que demuestren el uso de la tecnología para mejorar la educación con ejemplos adecuados, a fin de garantizar la modalidad de impartición óptima para cada contexto.

Claramente, el esfuerzo del Estado en repartir computadoras a todos y a todas, no genera resultados beneficiosos para los estudiantes si no se lo realiza en el contexto de una política sobre el uso de las tecnologías educativas con la responsabilidad y el profesionalismo que se requiere.

(*) Ex Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy

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