Pero bajó significativamente el nivel de calidad
En estos 40 años de democracia en Argentina, la educación de la población ha aumentado considerablemente. La tasa de escolarización primaria en este período alcanza casi el 100%, mientras que la tasa de escolarización secundaria tuvo un fuerte crecimiento.
Sin embargo, esta fuerte expansión de la matriculación en el nivel medio no estuvo exenta de problemas. El abandono estudiantil es muy elevado entre los estudiantes de la secundaria, en particular, entre aquellos provenientes de sectores socioeconómicos más desfavorecidos.
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Este desafío de la terminalidad se vincula con grandes retos que se presentan en los aprendizajes de los niños y jóvenes.
ACCESO/COBERTURA
El cuadro 1 muestra que el sistema educativo se amplió llegando a una mayor cantidad de niños y jóvenes en los 40 años de democracia.
La tasa de cobertura de niños entre 5 y 9 años pasó de 85,3% a 97,3%; es decir casi el total de los niños de esa edad asisten a pre-escolar y los primeros años de primaria. La misma tendencia se observa en el grupo de 10 a 14 años, donde la tasa de cobertura pasó de 89,8% a 96,4%.
Por otro lado, en estos últimos 40 años el mayor salto en la cobertura se dio en los jóvenes entre 15 y 19 años. En 1980, sólo el 42,5 % de los jóvenes en ese rango etario asistía a un establecimiento educativo, mientras que en el 2023 ese porcentaje aumentó a 79,2%.
TERMINALIDAD
Luego de analizar el aumento de asistencia de niños y jóvenes al sector educativo en los últimos 40 años, estudiamos si ese aumento también se correlaciona con la terminalidad.
En el año 1980, sólo el 30,4% de los jóvenes entre 20 y 24 años tenía al menos secundario completo (15,3% secundario completo, 12,8% superior incompleto y 2,3% superior completo); en cambio, en 2022 ese porcentaje aumentó al 67,4% (25,5% secundaria completa, 38,5% superior incompleto y 3,5% superior completo). A su vez en 1980 sólo el 15,1% asistía o asistió al nivel superior, en tanto que en 2022 ese porcentaje creció a 42%.
Al analizar la terminalidad del grupo entre 25 y 29 años, se observa una variación similar en la tasa de terminalidad de secundaria que pasó de 28,6% en 1980 a 66,5% en 2022. A su vez, este grupo nos permite analizar la terminalidad en el nivel superior. Mientras que en 1980 sólo el 6,2% contaba con un título en educación superior, en 2022 el 12,5% lo habían alcanzado.
CALIDAD
Tal como se mencionó al comienzo, estos avances en cobertura y acceso no estuvieron exentos de problemas. Los aprendizajes, de los cuales no tenemos mediciones para los primeros años de democracia, muestran que se produjo un fuerte deterioro en los últimos veinte años. Este mayor acceso vino acompañado de menores aprendizajes promedio.
En el 2000 el 44% de los alumnos de 15 años en Argentina tenían un rendimiento en Lengua por debajo del nivel mínimo, mientras que, en 2022, este porcentaje subió a 54%. Es decir, más de la mitad de los alumnos no comprende el texto que lee.
En el caso de matemática, los valores son todavía más alarmantes. En el 2006, 64,1% no alcanzaba el nivel mínimo, y en 2022, casi 73% no lo alcanza. Es decir, más de 7 de cada 10 alumnos no puede resolver un problema matemático sencillo.
CONCLUSIONES
El presente informe arroja datos contundentes sobre el impacto de los 40 años de democracia en el sistema educativo argentino expresado a través de 3 indicadores concretos: acceso/cobertura, terminalidad y calidad de los aprendizajes.
La evidencia obtenida a partir de los Censos Nacionales de Población correspondientes a los años 1980 y 2022, muestran que en las últimas cuatro décadas se ha expandido considerablemente el acceso al sistema educativo. Esto sin duda está relacionado con la sanción de la Ley de Educación Nacional (No 26.206), de la Ley de Educación Superior (24.521) y de la Ley de implementación efectiva de la responsabilidad del Estado en el nivel de educación superior (27.204). Con esta regulación se extendió el período de escolaridad formal obligatorio desde los 5 hasta los 18 años, se intentó asegurar la igualdad de oportunidades, el acceso libre e irrestricto, la permanencia, la graduación y el egreso del nivel superior.
No obstante, este hito no se acompaña de niveles de calidad aceptables en los aprendizajes, haciéndole perder el brillo que en sí mismo posee, y dejando en evidencia aquello que todavía falta mejorar para asegurar la igualdad de oportunidades educativas.
Por ello, el desafío para los años venideros será trabajar en el diseño de políticas basadas en evidencia, que mejoren la calidad de los aprendizajes, cuyo pobre rendimiento no solo ha quedado en evidencia en los resultados obtenidos por los alumnos argentinos en las pruebas internacionales PISA presentadas en este informe, sino también en otras pruebas tales como las pruebas regionales ERCE, o las nacionales APRENDER. Estos jóvenes que no logran los niveles básicos de conocimientos en lengua y matemática no comprenden textos y no estarán adecuadamente capacitados para desempeñarse en el mercado laboral.