Se conmemoró el Día Internacional de la Convivencia en Paz

ENFOQUE Por Gustavo Lores (*)

Por la Resolución 72/130 aprobada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 8 de diciembre de 2017 se estableció el 16 de mayo de cada año como vía para movilizar periódicamente los esfuerzos de la comunidad internacional con miras a promover la paz, la tolerancia, la inclusión, la comprensión, la solidaridad y expresar su apego al anhelo de vivir y actuar juntos, unidos en las diferencias y la diversidad a fin de forjar un mundo de paz, solidaridad y armonía.

Entre los fundamentos de esta disposición, la ONU detalla: a) que uno de los propósitos de las Naciones Unidas establecidos en la Carta es lograr la cooperación internacional para resolver problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario y para promover y estimular el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas, sin distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; b) que convivir en paz es saber aceptar las diferencias, ser capaces de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir juntos pacíficamente y c) que es importante que se respete y comprenda la diversidad religiosa y cultural en el mundo entero, se elija el diálogo y la negociación en lugar del enfrentamiento y se trabaje de forma unida.

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Audrey Azoulay, Directora General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), dio a conocer su mensaje anual: "Promover la convivencia significa ante todo perpetuar la memoria de las atrocidades del pasado. Porque no olvidar nunca la espiral mortal que puede engendrar el odio al prójimo significa recordar que el respeto a los demás sigue siendo la condición imprescindible para sentar las bases de la paz."

Pensar distinto, discutir, cuestionar o criticar es algo no solamente normal, sino que también es bueno y ayuda a vivir y convivir. Cuando esto se transforma en una búsqueda de la eliminación, destrucción o cancelación de la otra parte, cuando el odio y la violencia protagonizan la vida cotidiana, se corroe la base de toda convivencia. Dialogar no significa renunciar a las propias opiniones y convicciones; implica disposición a la escucha y respeto por las diferencias. 

El mundo está globalizado, con culturas dominantes que controlan la dirección del progreso y otras amenazadas por tal dinámica. Las condiciones para que la convivencia pacífica entre ambas sea posible dependen de las particularidades de cada situación, pero es necesario que exista voluntad política que permita conseguir a las dos partes valores como la mejora económica, seguridad y desarrollo cultural y social.

La convivencia en paz es esencial para el desarrollo humano y el bienestar colectivo. Cuando se vive en entornos pacíficos, las personas se sienten seguras, pueden expresarse tal y como son, siendo auténticos y lograr su máximo potencial. Además, la paz fomenta la colaboración y la cooperación, lo que resulta en sociedades más justas y prósperas. En la medida en que exista la colaboración con otras personas, es posible tener mejores perspectivas de vida para el futuro.

Para promover la convivencia en paz es fundamental cultivar el respeto mutuo, reconocer la dignidad inherente de cada persona y tratarla con cortesía. La consideración por las necesidades específicas de cada persona es esencial para establecer relaciones pacíficas. La comunicación efectiva también juega un papel relevante en la promoción de la paz. En muchos casos los conflictos surgen debido a la falta de diálogo o a una comunicación deficiente. Es importante aprender a expresar opiniones y sentimientos de manera clara y respetuosa, pero también estar dispuestos a escuchar a los demás con mente abierta. 

Finalmente, la promoción de la convivencia durante el proceso educativo desempeña un papel vital. Los sistemas educativos, los maestros y los profesores deberían fomentar valores como la tolerancia, la justicia, la igualdad y la no violencia. Los niños deberían comprender la importancia de la paz y cómo resolver conflictos de manera pacífica. El conflicto puede ser inevitable, pero las opciones para resolverlo serán más favorables si existe una cultura para la convivencia en paz. 

La promoción de la justicia y de la igualdad también son elementos esenciales para la convivencia pacífica. La discriminación y la desigualdad social hacen que los conflictos sean mucho más probables. Se deberían generar sistemas legales y políticos justos, que tiendan a garantizar la igualdad de oportunidades, de derechos y de obligaciones para todos los miembros de la sociedad. 

La construcción de la paz requiere la participación de todos los miembros de la sociedad. Para que suceda es esencial el fortalecimiento de las instituciones democráticas y de la participación ciudadana. Los estados, por medio de tribunales de justicia imparciales, órganos democráticos ampliamente representativos y transparentes, sistemas de educación pública permeados con una filosofía orientada la convivencia, pueden ser instrumentos vitales en esta tarea.

Sin embargo, la construcción de la convivencia pacífica no es una tarea exclusiva de los estados o de los gobiernos. La sociedad civil, las iglesias, las organizaciones de ayuda humanitaria, las empresas y demás organizaciones sociales, cívicas, económicas, de activismo y culturales de diverso tipo pueden desempeñar un papel crucial y decisivo en la promoción de la convivencia pacífica. 

La construcción de la convivencia pacífica es una tarea conjunta de la sociedad y que no se cumplirá en un momento determinado en el futuro, sino que se construye de forma cotidiana y permanente. Esta es una responsabilidad social que cada individuo y cada parte de la sociedad debería asumir en todo momento.

(*) Ex Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy

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