El Acta de Mayo y la política educativa

ENFOQUE Por Gustavo Lores (*)

El pasado 8 de julio el Presidente de la Nación celebró junto a 18 mandatarios provinciales la rúbrica de un Acta con los diez puntos que el Gobierno considera fundamentales para el futuro del país. Entre ellos, en la cláusula 4 del documento, los firmantes declararon y ratificaron su compromiso con "una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar." A fin del monitoreo del avance de los objetivos manifestados, se constituyó simultáneamente el "Consejo de Mayo", presidido por el Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación e integrado por seis Consejeros: uno propuesto por el Poder Ejecutivo Nacional, uno por las provincias firmantes y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, uno por la Cámara de Senadores, uno por la Cámara de Diputados, uno por las organizaciones sindicales y uno por los representantes empresarios. 

La presentación de Milei fue: "El 9 de julio de 2024, con la firma de este "Acta de Mayo", con representantes de todos los sectores de la política y la sociedad, anunciamos también el puntapié inicial de un nuevo orden para nuestro país. Construir el país próspero y pujante que queremos llevará tiempo y esfuerzos titánicos de parte de todos los presentes y del común de la sociedad, pero si tenemos una visión clara de rumbo y nos mancomunamos en torno a un conjunto de principios y objetivos no negociables llegaremos a puerto más pronto que tarde."

En lo referente al punto vinculado a la política educativa, el Presidente manifestó: "Firmamos aquí el compromiso también con una educación inicial primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar, porque comprendemos que la Argentina atraviesa una innegable crisis educativa desde hace mucho tiempo e identificamos hoy que el corazón de la crisis está en el fracaso que hemos tenido como país en alfabetizar correctamente a nuestros estudiantes. Hoy la mitad de los alumnos del primario no alcanzan el nivel de lecto-comprensión adecuado para su edad. Para los de sexto grado, ese valor llega al 70%, es decir que hoy 7 de cada 10 chicos argentinos no comprenden los textos que leen. Hemos puesto el foco únicamente en la educación superior por décadas y mientras mirábamos para otro lado, el analfabetismo se coló por la grieta de los primeros niveles educativos. Hay que entender que la correcta alfabetización y garantía de competencias básicas del estudiante del primario es la condición necesaria que hace posible cualquier tipo de aprendizaje posterior. Por eso este compromiso es sobre todo uno que debemos asumir juntos el Gobierno Nacional y los gobiernos provinciales, para mirar de frente el problema y elevar la vara; y para recuperar el espíritu de exigencia con los docentes, que es tan necesario. Sepan que contarán con el Estado Nacional y los recursos y soporte del plan de alfabetización que presentamos esta semana para perseguir en conjunto este objetivo."

También el Presidente se refirió a la situación actual de la Educación Superior: "Tenemos un sistema educativo que está desconectado de las necesidades económicas de nuestra sociedad, tenemos carreras universitarias demasiado largas, egresamos una cantidad hipertro?ada de abogados y contadores y tenemos harta cantidad de carreras para las cuales el único empleador posible es el Estado. Y lo más complicado de todo, porque el statu quo en las instituciones de formación docente y profesorados es impugnar los preceptos básicos del sistema de cooperación social en el que vivimos, que es el capitalismo y la democracia liberal."

La relevancia de las afirmaciones anteriores es que fueron expuestas por el Presidente de la Nación, convalidadas por18 de los 24 Gobernadores argentinos y se presentaron como indiscutibles, no negociables. 

A todo esto, el Plan Nacional de Alfabetización al que hizo referencia el Primer Mandatario, fue lanzado el 4 de julio pasado en San Juan y consiste en una iniciativa impulsada por la Secretaría de Educación del Ministerio de Capital Humano para revertir los actuales indicadores de aprendizaje en la escuela primaria. Pone el foco en el primer ciclo, en el que las estadísticas muestran que, en Argentina, el 46% de los estudiantes de 3º grado no alcanza el nivel mínimo de comprensión lectora y que, en 6º grado, cerca del 70% de los estudiantes no alcanzaron el nivel mínimo de competencias que se considera aceptable en esa etapa de la escolaridad. La Unidad de Alfabetización sería la responsable de gestionar esta política, desde el ámbito de la Secretaría de Educación y trabajaría en forma articulada con las 24 jurisdicciones en el diseño, implementación y seguimiento de sus propios planes de alfabetización.

Como primer análisis, es notable la omisión en el discurso presidencial del planteo de un plan de formación de competencias matemáticas, sobre todo para el primer ciclo de la escuela primaria, ya que los resultados son mucho peores que los obtenidos en lengua. Otro aspecto que no se consideró fue el rediseño del modelo de escuela secundaria que prepare a los jóvenes para el mundo del trabajo, teniendo en cuenta que actualmente el 73% de los jóvenes de entre 19 y 25 años con nivel secundario completo que forman parte de hogares cuyos ingresos están alrededor de la línea de pobreza o por debajo de ella no trabajan ni formal o informalmente.

La referencia que hizo el Presidente con relación al sistema universitario resulta acertada en lo que hace a la oferta de carreras y el déficit de graduados en ciencia y tecnología. Sin embargo, contradice su principio ideológico liberal, libertario y anarco capitalista que establece que el Estado no debe intervenir en ningún aspecto que regule la libertad de las personas. Forzar a los Consejos Superiores de las Universidades a crear sólo carreras que sean de interés público y forzar a los estudiantes a elegirlas parece ser el camino que propone el Acta de Mayo, que sólo resulta compatible con regímenes totalitarios con fuerte regulación estatal. 

Mientras continúe vigente la descentralización educativa en los niveles obligatorios y no se condicione a los gobernadores para que tengan mejores resultados educativos, mientras no se ponga sobre la mesa el déficit evidente que existe en el desarrollo profesional docente y su sistema de formación, mientras no se garanticen más horas de clase efectivas y salarios dignos para el profesorado, el Acta de Mayo, al menos en materia educativa, se transformará en una nueva expresión de deseos de dirigentes políticos nacionales y provinciales. Lejos quedará de ser una respuesta efectiva que revierta el deterioro de la institución educativa en los niveles obligatorios, deterioro que comenzó en 1978 cuando el gobierno inconstitucional del General Videla dictó el Decreto PEN N° 1.231 (Ley N° 21.809) por la que se transfirieron las escuelas primarias nacionales a todas las provincias donde se hallaban ubicadas y continuó en 1992, durante el gobierno del Presidente Menem, con el dictado de la Ley Nº 24.049 que transfirió las Escuelas Secundarias y de Educación Técnica administradas hasta ese momento por el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación ypor el Consejo Nacional de Educación Técnica a los gobiernos provinciales.

(*) Ex Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy

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