Le dio la primer medalla a Argentina en los Juegos Olímpicos París 2024
¡José Torres Gil hizo historia! Consiguió la medalla dorada en el BMX freestyle y se subió a lo más alto del podio en los Juegos Olímpicos París 2024. Y, apenas se definió el resultado, el Malgino -quien se abrazó con chilenos y brasileños- tuvo un emotivo festejo por videollamada con su familia.
"¡Somos campeones, culiaos! ¡Gracias, familia! ¡Salimos vivos! Lo importante es que salimos vivos. Nada más. Estamos vivos. Tenía mucho miedo de lesionarme", expresó el cordobés. Un festejo familiar que ni el perro se quiso perder: se vio cómo ¡se subió a la mesa!.
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Por otra parte, en medio de los festejos, también tuvo que cumplir con el control antidoping. "No tomes nada abierto, eh", le advirtió alguien de su equipo. Además, celebró con el marplatense Juan Curuchet, medallista dorado en la prueba Madison en Beijing 2008.
SU HISTORIA
"Tuve muchas lesiones. Cuando quedé inconsciente después de golpearme no fue tan grave porque no te acordás nada, jaja. Tengo todo el lado izquierdo del cuerpo quebrado y operado, pero por suerte todo tiene titanio y en los escáneres de los aeropuertos no tengo problemas. En cambio, hay compañeros que tienen implantes de acero inoxidable y siempre los están frenando, revisando y tienen que explicar por qué tienen un fierro ahí adentro. Yo paso directo, jaja".
Torres nació hace 29 años en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde sus padres argentinos trabajaban. Sin embargo, desde los diez años se formó en el barrio Urca, en la ciudad de Córdoba. Fue a los catorce cuando descubrió esta rama del ciclismo, de casualidad, en el Parque de las Naciones, a pocas cuadras de su casa. "Estábamos con mi hermano mellizo (Francisco) pateando la pelota ahí, porque los clubes de fútbol estaban de vacaciones y a lo lejos vimos que había muchos chicos saltando en bici y en skate. Nos acercamos y cuando uno hizo una prueba girando de cabeza, que se llama flair, nos generó una gran atracción y adrenalina. Nos generó mucha intriga. Le pedimos prestada la bicicleta y ahí empezó todo no hubo vuelta atrás", describe el Maligno, como le gusta que lo llamen. El apodo, según le contó a LA NACION, es por razones combinadas: se lo ganó por la malicia que tiene para hacer bromas y por "la forma agresiva de montar la bicicleta".
"A los X Games me invitaron por primera vez en 2018, a una clasificación. Salí segundo y entré en la competencia principal, pero me quebré y no pude seguir". "En 2019 entré directo. Y ganar la medalla de oro, el año pasado, no lo esperaba. Incluso se ve en los videos: iba primero y no sabía, porque entre el show, el espectáculo, el volumen alto, no entendía mucho. En un momento se frenó todo, me empezaron a felicitar, pensé que estaría en el podio, pero se me acercó la cámara gigantesca de los X Games y me di cuenta de que había ganado.
Pensé que no era real. Es el lugar en el que se buscan las nuevas estrellas, en el que el segundo de publicidad en la TV sale muy caro".
Torres, se ganó un lugar en París 2024 por su tarea en el Mundial de Glasgow 2023, en el que salió noveno. "Ser olímpico es lo más grande que puede tener un deportista. Venía muy bien posicionado para Tokio 2020 y me lesioné, en tres competencias puntuables no pude estar y quedé afuera. Haber entrado ahora es un sueño. Es una locura lo que me está sucediendo".