EL DEBATE
Los Juegos Olímpicos de París 2024 se vieron envueltos en una gran polémica por el caso de Imane Khelif, una boxeadora argelina con exceso de testosterona. Pero en los últimos años hubo una situación similar que involucró a la sudafricana Caster Semenya, bicampeona olímpica y tricampeona mundial.
Todo comenzó este jueves, cuando la boxeadora italiana Angela Carini se retiró de la pelea correspondiente a los octavos de final de la categoría peso welter femenino, al alegar que nunca había sido golpeada con tanta potencia.
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Tras esta situación, el presidente Javier Milei; la primera ministra de Italia, Georgia Meloni; y el dueño de Tesla y X (ex Twitter), Elon Musk, se expresaron en contra de la rival de Carini, la argelina Imane Khelif, incluso retuiteando posteos en los que se la trata de transgénero.
Finalmente se supo que Carini tiene hiperandrogenismo, una condición que hace que produzca más hormonas de testosterona (asociada a los hombres, pero que también está asociada a las mujeres) de lo que debería.
En los últimos años hubo un caso similar, que involucró a la atleta sudafricana Casper Semenya.
A lo largo de su carrera, Semenya se quedó con la medalla de oro en los 800 metros en Londres 2012 y Río 2016 y fue campeona mundial en Berlín 2009, Daegu 2011 y Londres 2017.
Antes de que cumpliera los 20 años se empezó a poner en duda su género. Incluso quisieron realizarle un ultrasonido vaginal al que se negó, pero en agosto de 2009 el diario británico The Daily Telegraph publicó resultados de unas pruebas médicas realizadas por la IAAF en las que se confirmaba que era una persona intersexual. Esto significa que tiene cromosomas XY al igual que Khelif y niveles naturalmente elevados de testosterona por una deficiencia de la enzima 5ª-reductasa 2, que se manifiesta solamente en varones.