RECORDANDO A "DOS POLITICOS DE RAZA"
Cuando el que esto escribe llegó recibido de Abogado en el año 1954, ya los doctores Guzmán y Martiarena tenían su trayectoria. Eran dos Abogados avezados.
Horacio Guzmán era el líder del Partido Radical y José Humberto Martiarena estaba embanderado en las filas peronistas y había sido Ministro de Gobierno cuando fue Gobernador de la Provincia del Ing. Iturbe y al terminar éste su mandato, se fue a Buenos Aires, mientras que el Dr. Martiarena que se quedó en Jujuy, se convirtió en líder de dicho partido.-
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Yo, recién recibido, los miraba con un respeto reverencial, hasta que poco a poco, me fui acercando a ambos, privilegio que tienen los que no actúan en política y entonces se convierten en amigos de todos.-
Poco a poco, como deje anteriormente, fui intimando con ellos, hasta el extremo de hacernos amigos con el tiempo y llegar a tratarnos de tú.
Por eso puedo escribir estas líneas, ya que los conocí muy bien y me produjeron una gran admiración, la que perdura a pesar del paso del tiempo. Mi recuerdo hacia ellos es imborrable.
Ambos ejercieron la profesión en los momentos que necesitaban hacerlo para sobrevivir.
"Pepe" fue brillante como profesional, pero llegaba el momento de actuar en política y dejaba todo en manos de los Abogados que compartían con él su Estudio y se dedicaba plenamente a ella.
Horacio, mas bien trabajaba en la faz política y dejaba a un lado la profesión.-
El "Negro" Guzmán fue tres veces Gobernador de la Provincia, fue Legislador, fue Intendente de la Capital y fue Presidente del Instituto Provincial de Previsión Social y murió pobre.
Solo tenía a su muerte un automóvil viejo y un departamento en la calle Necochea, que adquirió con crédito del Banco Hipotecario Nacional y eso me consta, porque yo me desempeñaba como Abogado de dicho Banco y fui el que dictaminó su expediente para que le dieran el crédito.-
"Pepe" Martiarena fue Ministro, fue legislador, fue Gobernador de la Provincia y fue Senador Nacional y en un momento crucial para la vida argentina, llegó a ser líder nacional del Partido Justicialista.
Sin embargo cuando murió, dos días después que Horacio Guzmán, solo tenía su automóvil y la casa de la calle Belgrano frente al Colegio Nacional, donde vivió con su familia.
Ambos fueron políticos que trabajaban para Jujuy y para la Patria, brindándole todo su esfuerzo y a veces poniendo dinero de su bolsillo. La prueba esta que ninguno de los dos se enriqueció con la política, al contrario de nuestros tiempos donde la Patria es subsidiaria y se trabaja para llenarse los bolsillos.
Es digno de recordar un episodio que ocurrió, donde tenemos la prueba de que siendo ambos adversarios se respetaban.
En una de las tantas revoluciones que hubo en nuestro país, a "Pepe" lo pusieron preso, no porque hubiera cometido algún delito, sino simplemente porque era peronista y en ése momento era mala palabra y la Policía recibió orden de trasladarlo a Buenos Aires vaya a saber conque intenciones. Entonces el "Negro", que era Gobernador de la Provincia en ése momento, se opuso a tal traslado y no permitió que lo sacaran de Jujuy.-
Así como Horacio Guzmán fue un Gobernador muy ejecutivo que hizo mucho por Jujuy, José Humberto Martiarena, cuando ocupó la banca de Senador Nacional representando a nuestra Provincia, no lo hizo para calentar el asiento, sino que sus exposiciones eran brillantes.
Para que hubiera constancia de las mismas, las hacía imprimir de su bolsillo y se las mandaba las personas que el distinguía, entre las cuales tuve el honor de estar y siempre recibí sus discursos dedicados a temas fundamentales para la patria.
Alguien dijo que las personas empiezan a morir cuando ya nadie se acuerda de ellos y que verdad mas grande es ésa. Por eso, tanto el "Negro" Horacio Guzmán como "Pepe" Martiarena merecen que Jujuy les haga un reconocimiento eterno, no con el simple nombre de una calle como ya lo tienen.
Por eso, me apena tanto ver que transcurra, sin pena ni gloria para los jujeños la fecha en que ambos pasaron a la inmortalidad, sin que los recuerden con el debido respeto y cariño. Yo, amigo de ambos que no les debió nada, porque nunca les pidió nada, en homenaje y gratitud a la amistad que me brindaron y en mi calidad de jujeño agradecido, los recuerdo como lo que fueron, dos grandes políticos de raza, de esos que ahora es difícil encontrar.
Ambos tienen el nombre de sendas calles de San Salvador Jujuy (como dije anteriormente), pero ambos se merecen un monumento al patriotismo, al trabajo, a la dedicación y a la honradez, que los distinga como ejemplos de como servir a Jujuy y a la Nación. De ésa forma siempre los recordaremos y no morirán nunca
Miguel Angel Mallagray