JOHNSON INTENTA FRENAR AUMENTO DE CONTAGIOS
Londres . El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció ayer que Londres y el sureste de Inglaterra volverán a estar confinados a partir de hoy para intentar atajar una subida de contagios de coronavirus, atribuida a una nueva cepa.
De este modo, cerca de 18 millones de personas del Reino Unido vieron ayer anulados de un plumazo sus planes navideños, tres días después de que el Gobierno de Boris Johnson hubiera confirmado que se relajarían las restricciones sociales durante cinco días.
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Downing Street confirmó y comunicó a la Organización Mundial de la Salud que la nueva cepa del virus detectada en Londres y en zonas del sur y sureste de Inglaterra tiene una mayor capacidad de transmisión (hasta un 70% más que la cepa anterior) y, por tanto, los contagios se producen con mayor rapidez. Según los últimos datos recabados, hasta un 62% de los nuevos contagios registrados en la capital británica responden a la nueva variante, que se ha convertido en la dominante.
"Parece que esta propagación está alimentada por una nueva variante del virus", que se transmite "mucho más fácilmente", declaró el primer ministro en una rueda de prensa. "Nada indica que sea más mortífero o que cause una forma más severa de la enfermedad" o que reduzca la eficacia de las vacunas, matizó no obstante.
Los habitantes de la capital y del sureste de Inglaterra, ya sometidos a importantes restricciones, quedarán sujetos a un nuevo nivel de alerta, el cuarto y más elevado. Tendrán que quedarse en casa y los comercios considerados "no esenciales" no podrán abrir. Los pubs, restaurantes y museos de esas dos áreas están cerrados desde el fin de semana pasado. Todos los desplazamientos fuera de esa zona, ya sean dentro del territorio nacional o para ir al extranjero, estarán prohibidos. En las zonas regidas por la alerta máxima no podrán llevarse a cabo reuniones entre miembros de distintos hogares, y en el resto de zonas se tendrán que realizar en un único día.
A la espera de nuevas pruebas, el equipo científico asesor del Ejecutivo sigue confiando en que las vacunas sean eficaces con esta nueva modalidad del virus. En cualquier caso, ha advertido el primer ministro, los nuevos datos han obligado a cambiar de criterio y endurecer las medidas de restricción social en las zonas afectadas.
El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, anunció de inmediato su respaldo a las nuevas medidas anunciadas por el Gobierno de Johnson, pero sin ahorrar críticas al primer ministro, que se dedica siempre, ha dicho, "a quitarse de en medio en cualquier desafío" y "se niega a ver los problemas". Starmer recordó que pidió a Johnson el pasado miércoles que se replanteara la relajación prevista para la temporada navideña, y que la respuesta de su rival fue la de desear unas felices Navidades a todos los ciudadanos.
La decisión de este sábado supone un duro golpe a los comercios londinenses, que todavía confiaban en resarcirse en la temporada navideña de todas las pérdidas sufridas durante la pandemia. El ministro británico de Economía, Rishi Sunak, anunció durante la semana sus planes de ampliar hasta el mes de abril el Job Retentions Scheme (Esquema de Retención de Empleos), un sistema de apoyo no ensayado hasta ahora en el Reino Unido. "Nos enfrentamos a un nuevo y durísimo golpe a los londinenses y a los negocios de la capital, después de un año que ya ha sido horrible", dijo Jasmine Whitbread, la presidente de la asociación de empresarios londinenses, London First.
El Gobierno autónomo de Escocia confirmó la aparición en su territorio de, al menos, 17 casos de la nueva cepa del virus. Aunque su situación es mucho menos gravosa que la del resto del Reino Unido, la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, anunciado ayer que quedarán prohibidos los desplazamientos de Escocia a Inglaterra o Gales, y viceversa. Sturgeon reducirá también exclusivamente al día de Navidad las reuniones familiares.
El Reino Unido es la nación de Europa más duramente castigado por la pandemia junto con Italia, con más de 67.000 fallecidos. El sábado se superó el umbral de 2 millones de casos