Al delincuente, identificado como Claudio Guerrero, de 38 años de edad, conocido como "El Pastor", le habían dado una salida transitoria de la cárcel de Florencio Varela a la que debía regresar el 2 de abril, pero nunca más se supo de él hasta que un familiar lo reconoció hace unos días en la morgue.
Fue uno de los dos ladrones que resultaron muertos el domingo durante un robo a una casa ubicada en las afueras de La Plata, y debido a que se sacó una "selfie" con la novia de otro preso, sus compañeros del pabellón evangelista le habían jurado venganza.
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"El Pastor" había purgado dos estadías por delitos de robos calificados, y pasó por al menos 6 penales bonaerenses.
Ingresó por primera vez a la cárcel en el 2012 por "robo calificado" y estuvo preso hasta el 27 de mayo del 2015, tras pasar por las cárceles de Lisandro Olmos, La Plata, Florencio Varela, Magdalena, Sierra Chica y Lomas de Zamora.
En su segunda estadía, ingresó al penal de Florencio Varela en junio del 2016 por un robo calificado en La Plata y estuvo ahí hasta el 2 de abril pasado, cuando fue beneficiado por un juzgado platense con una salida transitoria de la que nunca regresó.
En Florencio Varela estaba alojado en el pabellón de los evangelistas y era conocido por ser el "Pastor" y tras ser declarado prófugo en abril y mientras era buscado por personal policial, se conoció públicamente que había puesto en su estado de WhatsApp una foto con la novia de uno de sus copresidiarios del penal, lo que provocó la reacción de los detenidos que habían jurado vengarse.
Sin embargo, ayer martes, "El Pastor" fue reconocido por una de sus hermanas en la Morgue de La Plata como uno de los delincuentes que el domingo a la noche asaltó a una familia en la localidad de Etcheverry.
Guerrero, y su cómplice, identificado como Matías Hernán Barrionuevo (35), que había salido hacía unos meses de la cárcel de Varela por una condena de robo y lesiones, habían entrado armados y terminaron muertos a hachazos y golpes por dos de las víctimas del asalto: el dueño de la vivienda y su hijo.
Los ladrones habían ingresado al predio tras saltar el cerco perimetral, pero la maniobra fue advertida por el perro de la familia, que comenzó a ladrar.
En ese momento, uno de los hijos de los dueños, un chico de 17 años, salió de la vivienda intrigado por los ladridos, pero fue sorprendido por los dos delincuentes armados, que lo obligaron a entrar a la casa, donde se encontraba su madre de 47 años y su hermano de 20.
Mientras uno de los ladrones golpeaba e intentaba maniatar a las víctimas con precintos, el otro se quedó afuera de la propiedad de "campana".
Ya con las víctimas atadas, el ratero comenzó a revisar la casa en busca de dinero y objetos de valor que sustraer; en ese momento llegó el dueño de la propiedad, un hombre de 48 años, quien fue sorprendido de inmediato y apuntado con un arma por el delincuente que estaba afuera y bajo amenazas lo obligó a entrar al inmueble.
Una vez adentro y cuando iban a maniatarlo, el hombre logró zafarse y arremetió contra uno de los asaltantes, resistencia a la que se sumó su hijo, quien logró deshacerse de las ataduras y golpeó a uno de los malandras con una mancuerna varias veces en la cabeza.
Tras ello, el dueño de casa y su hijo mayor salieron en búsqueda del otro malviviente al que alcanzaron y cuando este comenzó a dispararles con el arma que llevaba, se defendieron con un hacha.