Un centro de producción de vacunas contra el coronavirus de ARN mensajero comenzará a funcionar en Sudáfrica, el primero de este tipo que impulsa la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que planea repetirlo en otros países interesados, incluyendo la Argentina, con el objetivo de lograr un acceso universal y equitativo de estos fármacos de nueva generación en naciones de ingresos medios y bajos.
El lugar elegido para su lanzamiento constituye una esperanza a mediano plazo para África que tiene solamente al 2% de su población con al menos una dosis, frente a Estados Unidos o Europa que se dirigen a contar con el 70% de sus habitantes totalmente inmunizados en los próximos meses.
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"Simplemente no podemos seguir dependiendo de las vacunas que se fabrican fuera de África porque nunca llegan. Nunca llegan a tiempo y la gente sigue muriendo", dijo el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa.
Sudáfrica, donde se detectó por primera vez la variante Beta y sufre un repunte de contagios por la Delta, concentra más del 35% del total de casos de Covid-19 en el continente que, con más de 5,3 millones de casos y 140.000 fallecidos en total.
De momento, no hay una fecha para la puesta en marcha del nuevo centro, pero la jefa de científicos de la OMS, Soumya Swaminathan, estimó que Sudáfrica podría estar produciendo vacunas anticovid con la tecnología de ácido ribonucleicos mensajeros (ARNm), la misma que usan los laboratorios Pfizer y Moderna, en un plazo de nueve a doce meses.
La entidad sanitaria reveló esta semana, durante un foro dedicado a la producción local de medicamentos, que hay 25 países interesados en participar de este proyecto, sean como donantes de la tecnología necesaria para fabricar estos inmunizantes de nueva generación, como sedes de los centros de producción o ambos.
La Argentina figura en ese listado como potencial ubicación para uno de estos centros, al igual que otras naciones de la región como Colombia, Paraguay y Perú, además de estar entre los interesados en recibir tecnología que Estados Unidos, China, Reino Unido, India, Bélgica, Tailandia y la propia Sudáfrica indicaron estar dispuestas a trasferir.
A diferencia del modelo actual, basado en pocos puntos de fabricación controlados principalmente por las grandes farmacéuticas, esta iniciativa busca diversificar y expandir la producción de vacunas uniendo proyectos locales que aporten cada uno desde su especialidad.
En Sudáfrica participarán la firma de biotecnología Afrigen y un conjunto de universidades que compartirán sus conocimientos, el consorcio de capitales mixtos Biovac proporcionará su tecnología, considerada de punta, y el África CDC.