Al cumplirse otro aniversario de la Declaración de Independencia, la pandemia puso en evidencia la prioridad que tiene para los países avanzar en otro tipo de autonomía, la soberanía sanitaria, evaluaron en diálogo con Télam especialistas como el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Roberto Salvarezza, el médico sanitarista Jorge Rachid y la bioquímica Mariana Viegas, investigadora en secuenciación genómica.
Si se entiende la independencia como un proceso inconcluso -lo que es evidente en materia económica- en lo sanitario, el objetivo de ampliar "la capacidad que tienen los pueblos de gestar sus propias decisiones implica también una pelea permanente", remarcó Rachid.
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Para la Argentina, la puja por consolidar y extender esos márgenes de soberanía en el ámbito científico-tecnológico y en todo lo que tenga ver con la salud se expresa en muchos protagonistas cotidianos -equipos de investigación en actividad, que se ocupan de temas sensibles tras la irrupción del coronavirus- pero sobre todo parte de un piso muy importante de logros reconocidos, aunque haya otros desafíos por alcanzar.
En estos temas, el principal activo con el que cuenta la Argentina en su búsqueda de autonomía es "el elevadísimo nivel de científicos, que siempre está a la vanguardia" a pesar de los vaivenes, "con épocas de bonanza y de penurias", subrayó Viegas, doctora en Bioquímica, viróloga, investigadora del Conicet y coordinadora del Proyecto Argentino Interinstitucional de genómica de SARS-CoV-2, conocido como Proyecto País.
Esa iniciativa, impulsada desde la cartera de Ciencia, partió de "capacidades instaladas" y "habilidades existentes".